Infancia y Pantallas: La Empatía en Riesgo
Por Mariel Gutiérrez
En los últimos años, la infancia ha cambiado radicalmente. Lo que antes se construía a través de juegos al aire libre y cuentos antes de dormir, ahora se ve influenciado por la constante presencia de pantallas y dispositivos digitales. Los niños están expuestos a un flujo interminable de información, lo que puede afectar su conexión con el mundo real y con las emociones de quienes los rodean. Esta sobreexposición puede tener un impacto profundo en su capacidad para desarrollar empatía y sensibilidad hacia los demás. ¿Estamos perdiendo la oportunidad de formar a niños emocionalmente conectados en un mundo digitalizado?
A lo largo de la historia, se han estigmatizado diversos medios de entretenimiento, desde la imprenta hasta la televisión y los videojuegos. Sin embargo, el internet presenta preocupaciones únicas debido a su conectividad e interactividad, que son más difíciles de desactivar. Esta conectividad expone a los niños a estímulos diversos, normalizando incluso el contenido violento. Por ejemplo, pueden pasar de ver un video tierno de una mascota a uno violento sin mayor reflexión, lo que reduce su sensibilidad hacia las emociones ajenas. Aunque existen filtros en redes sociales, es crucial que los padres moderen el tiempo de pantalla de sus hijos.
Además, la digitalización ha reducido el contacto cara a cara, esencial para el desarrollo cognitivo infantil. La interacción directa ayuda a los niños a adquirir habilidades como el lenguaje y la resolución de problemas. Sin esta socialización, pueden enfrentar dificultades para comunicarse, lo que limita su crecimiento intelectual y emocional, así como su capacidad para resolver conflictos y desarrollar empatía.
En el mundo digital actual, las redes sociales y plataformas de entretenimiento ofrecen gratificaciones instantáneas, como "me gusta" y nuevos episodios de series. Para los niños, esta inmediatez puede hacer que se acostumbren a obtener resultados rápidos, dificultando su capacidad para ser pacientes y reflexivos. Así, pueden enviar mensajes o compartir contenido sin considerar cómo afectarán a los demás, priorizando la gratificación inmediata por encima de la empatía.
Si bien el uso de la tecnología es inevitable y necesario en muchos aspectos, los padres y educadores desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la sensibilidad infantil. Es fundamental crear espacios donde los niños puedan expresar lo que ven y sienten respecto a los medios, ayudándoles a contextualizar el contenido y fomentar su empatía. Integrar actividades como juegos simbólicos, pintura, música y deportes puede profundizar su comprensión de las emociones ajenas y de sus propias experiencias.
Un aspecto esencial es que los adultos sirvan de modelos en el uso adecuado de dispositivos digitales. Esto implica mostrar interés genuino por los sentimientos de los niños y enseñarles a equilibrar su tiempo entre el mundo digital y el real. Muchos padres recurren a la tecnología como solución rápida para entretener a sus hijos en momentos de agotamiento, pero esto puede debilitar la conexión emocional entre padres e hijos. Por lo tanto, es fundamental que busquen un equilibrio entre el uso de la tecnología y su participación activa en la crianza, creando un entorno más enriquecedor y saludable para el desarrollo de sus hijos.
Los medios digitales no son los villanos de esta historia, pero pueden influir negativamente en el desarrollo emocional de los niños si no se manejan con cuidado. La clave está en acompañarlos, escuchar sus inquietudes y mostrarles el valor de la empatía, formando así una generación de niños que, más allá de las pantallas, se preocupen por el mundo que les rodea.